Ya ha pasado más de un año del inicio de este Gobierno albertista, de ideología peronista y de economía liberal con tintes keynesianos. Inicialmente una propuesta de un kirchnerismo tibio, con la lívido revolucionaría baja y algo bastante diferente en lo que matices prefiere o esperaba ese 35% de voto que aportó Cristina Kirchner.
No perderemos de vista sin lugar a duda la pandemia que ha llevado al mundo a tensiones que aquí -por costumbre o cintura política- no hemos experimentado traumáticamente, pero que ha colocado a la sociedad en una situación de ahogo económico. Mayor ahogo económico. Donde la bocanada de aire fresco parece nunca llegar y aparenta cortar el hilo nuevamente por el lado mas fino: el ajuste social. Así mismo se observará de manera justa “la herencia” -esa palabra de vuelta no- recibida del gobierno anterior.
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